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ERNESTO FIDEL DOMINGUEZ MEDEROS

FUTURO
 
Algųn dėa viviremos
de besos ceņidos al cuerpo,
de dedos bajo la lluvia,
y sabremos entonces
porque no anidan las golondrinas.
 
Algųn dėa palparemos
con mano de suave vidrio,
con lāgrimas sobre el espejo
o con tu pelo en mi espalda.
 
Algųn dėa nos querremos
con todo el amor del mundo,
de mareas infinitas
y del color de tus ojos.
31-12-91
 
LA MAŅANA DE LOS SUEŅOS ROTOS
 
Fue pųrpura la maņana de los sueņos rotos.
Aquella maņana, en que envueltos en fuego,
perdimos nuestros labios
y las uņas supieron a sangre.
 
Blancas ojivas como pājaros
tras graznidos ensordecedores,
anunciaban entre alaridos
una maņana degollada y fria.
 
Despertamos entre aullidos,soles,
y gritos de lluvia envenanada
que horadaba nuestros brazos
y manchaba la almohada de cesio y angustias.
 
Pude buscar tu mano desesperado,
pero no encontre mās,
que un ųltimo deseo adherido a las sābanas
junto a mi ųltimo sueņo de primavera
 
Y ahora, desde aquė arriba,
juntos e incorpōreos,
aprendemos a estrechar nuestras almas,
y rezar hasta el olvido
por este estčril mundo de espinas.
4:35 11-09-96
 
LXXII
 
Sucede que tengo ante mis ojos
sucede que me irritas la mirada,
sucede que llorando me despojo
del mėtico estupor de mis palabras.
 
Sucede que te siento entre cortinas
sucede que desgarro tus entraņas,
sucede que abandono mis rutinas
en mi sucio baųl de teleraņas.
 
DE CŌMO EL UNIVERSO SE VOLVIO FUEGO
 
Tienen grandes alas tus labios.
Alas de espuma cōsmica y errante
para volar tan alto como Saturno
y remontarme por sobre las cumbres heladas
de mis sueņos.
Alas de viento y albųmina
para rozar las cālidas nubes del Paraėso
y escrutar sus llanuras de fuego mendigo.
 
Pero tambičn en invierno,
truecan tus labios sus besos
en tėmidas alas de alondra.
Alas de alientos y soles
para devorar la ųltima migaja de luna en mi espalda.
 
Alas de garras y uņas,
para desollarme las ganas que aųn guardo en la mirada.
8:56am 9-09-96
 
ASI FUE COMO EL HORIZONTE SE HIZO ETERNO
 
Solo necesito eso, no mās.
Vertir mi mano en tu vientre
y fundir el cielo a tu espalda
en vėsperas de aņo nuevo.
No mās.
 
Hurgarte en la penumbra
y yacer aspirando tu aroma
a lirio desvirgado y a musgo de montaņa.
No mās.
 
Cegarte las ganas de volar a Venus
y anidarte entre mis labios de tierra,
y asė poder, juntos,
tallar nuestros nombres
sobre la corteza de mi cama desnuda.
No mās.
 
AROMA
 
Supe de ti por el viento,
no creas que por la gente.
Supe de ti por el viento
y por la niebla, y por la lluvia,
y por la culpa
que siento, de no haberte
mutilado antes.
No creas que por la gente.
 
Supe de ti por un sueņo,
y por un ciego,y por un tonto,
y por las ganas,
que tengo, de verte
sudando deseos.
No creas que por la gente.
Supe de ti por tus ojos.
 
FUE ENTONCES QUE NOS CONOCIMOS
 
Nada hay mās delicioso
que violarte la mirada en una noche de Enero.
 
Sentarte sobre mis sueņos
y enseņarte uno por uno los deseos de estar vivo
y de embriagarme con speros recuerdos.
 
Refugiarte entre mis manos
y apretar hasta quebrarte
y sentir el hųmedo sabor de tus vidriosas caderas.
Fue entonces que supimos de aquella canciōn.
 
A LA CALZADA DE JESUS DEL MONTE
 
Fue en tus hondas calles
de asfalto y olvido
donde por vez primera
vi la enrrojada luz de los astros.
Y donde a base de sangre y piedra
surgiō un pueblo vėtreo y plebeyo
coronado por un templo marchito.
 
Tus hondas calles de las que un dėa,
se atrevieron a contarme
de sus trinos y encajes
y de sus risas y encantos.
 
Cuentan que fuiste joven,
y que de luces te vestėan
en las noches de frias Navidades.
 
Hoy pariste zānganos rosados
sin darte cuenta,
y ahora el descuido inunda tus venas por doquier.
No te he vuelto a ver sonreir
ni a vibrar entre cėtaras y violines,
Hoy emvejeces cada dėa un poco
y sucumbes a una ciudad que se cree opulenta,
y te humilla sin saber de tus manos.
Manos que te vieron nacer
y que un dėa, cuando en el cielo haya nueces,
respirarān profundo.
 
NOCHE BLANCA
 
La noche no pudo ser mejor.
Bastante hizo ya
que pariō palabras de enamorados
y rosas punteagudas para tus manos.
Y que ademās de dolernos,
supo arrancarnos las ganas de mirar el alma
y convertirnos en polvo.
Bastante hizo ya que nos partiō en dos mitad
 
EN LA TIERRA DE NUNCA JAMAS
 
Quiero que vengas conmigo
al otro lado del mundo
donde el cielo es pųrpura y el rėo fuego.
 
Aquel lugar de temblores y siemprevivas
donde un dėa perdiste el aliento,
haciendome ver
porque trina el arcoiris.
 
Aquel lugar donde aprendiste
a dibujar mi mirada
sobre el verde de tu cielo,
aquel lugar de piernas abiertas
y de gemidos litųrgicos
del que no debimos de haber salido jamās.
 
SIENTO
 
Lujuria que me hipnotiza,
incautos labios que atan,
lozanas curvas cobrizas,
impāvidos besos que matan.
 
Frescura que me interroga,
ojos negros que trastornan,
ansiedad de amarte que ahoga,
luz e intentos que se forman.
 
MOMENTOS
 
Cālido y fosco a lo lejos
fenece el sol de la tarde,
goteando en el horizonte
lāgrimas de fuego y carne.
 
Varan entonces las noches
que han de venir de muy lejos,
vuelan ardiendo deseos
cuajāndose con sonidos,
saltan al viento gemidos
queriendo ensartar el miedo.
 
LII
 
Cual agua de tibia cascada
que al rio cae a raudales,
se apresuraba mi cuerpo,
sobre tu verde follaje.
 
Y allė con barro por manos
y cinceles por miradas,
talla tu excelsa figura
de doncella enamorada.
 
Y supe asė por vez primera
sin siquiera imaginarlo,
que habėa viajado a la luna
sobre una nube de nardos.
 
Subė entonces a la cumbre
de tus manos, que ya abiertas,
teņian cual diosa encantada
las ureas campanas yertas.
 
Dime ahora nėvea musa
que ardes en mis recuerdos,
ŋQuč‚ sientes tų cuando atizas
la hoguera que llevo dentro?
 
REMENBRANZA
 
Y volvieron las oscuras golondrinas,
sōlo que esta vez,
no posaron sus trinos sobre tu balcōn,
esta vez...
dieron vida de alientos
a una de esas noches sin luna
pero de miles de estrellas,
que caen aųn sin pensarlo
en el reflejo del mar,
y que buscan suspiros
con los que puedan, cautelosamente,
tejer la intimidad de un beso.
 
ENCUENTROS
 
I
 
Encontrose cierta vez
entre pčtalos de rosas,
una pizca de amor verdadero
y una gota de loca pasiōn.
Y juraron ante la luna
amarse sin extremos,
besarse hasta el horizonte,
y encontrar bajo la lluvia
la razōn de sus miradas.
 
II
 
Encontrose esta vez un beso,
con una tierna sonrisa
Y subieron al cielo de noche,
y juntaron sus mapas de espuma
para allė, junto a las estrellas,
ultrajar la cintura del tiempo
y vislumbrar desde lo alto,
lo anchuroso de sus sueņos,
y lo tenue de sus almas.
 
 LV
 
Errante como los astros
en el māgico universo,
pasaban tus nėveas manos
entre caricias y besos.
 
Tejėan lānguidos secretos
en vastos algodonales,
cubriendo todo mi cuerpo
de vidrios y pastizales.
 
Esas manos de doncella
si yo pudiera, te juro,
las llevarėa hasta el cielo
entre susurros y arrullos.
 
Vaciarėa sobre ellas
todo el amor del mundo,
para a solas encontrarnos
sin lirios, ropas, ni rumbos.
 
OSCURIDAD
 
 Noche de aromas
y preludios,
noche de brumas
y de universos,
lento, entre azul y negro,
noche copiosa de besos.
 
Noche de intentos
y de luna,
noche de nāuseas y lamentos,
dicha de estrellas y cielo,
noche desnuda en su lecho.
 
SECRETOS
 
 Cual vōrtice de polvo y nueces
sobre una pradera desierta,
ungėan mis tenues labios
sobre tus curvas siniestras.
 
Lograste anidar en mis ojos
lograste saciar mi mirada,
y recč mis dedos de oro
sobre lo oval de tu cara.
 
ELLOS
 
 El: Toma el amor
con cuidado
ciņelo en tus adentros,
bebelo siempre hasta el fondo,
tičndelo ansioso en tu pecho...
cuida de no perderlo.
 
Ella: Tōmalo ahora
sin prisa,
vistete de čl por dentro,
sueņalo entre tus brazos,
destrōzale sus pesares,
oye el sonido del viento,
trenza con čl una cuerda...
cuida de no perderlo.