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DELIA MARIA LOPEZ CAMPISTROUS

QUE TRATA SOBRE LA MISMA FLOR
 
Yo soy como la rosa, si pudiera
que entrega sus colores por amor
Pero amarga muerte soy al corazòn
lazo, atadura a las manos
Si pudiera como la rosa pura
pero he sido creada de la carne
y he engendrado carne y hueso
en mis entrañas
Si como la rosa pudiera entregarme por amor
pero necesito los lobos que laman de noche las heridas
y conozco demasiado.
 
Portales
una franja de luz
una columna
una franja de sol
la noche obscura
una franja de ausencia
!estad alertas!
Una franja de labios
una de vida
una franja de ...
 
Ese es el sueño
se esconde
tras el pàlido sonido de la verja
con resonancias profundas
huecas
de tener ala en las raices
 
Ese es el sueño
èse èl
el de la màscara.
 
PARA ESCRIBIR EN UNA POSTAL CON TREN
para Arsenio.
"Basta para èste; ahora tome el otro"
Idilio, Maupassant.
 
Los haces de luz esferica parten del sol y
llegan en rayos paralelos a la tierra,
 
pero las lìneas paralelas tienden
a converger a lo infinito,
 
y es èsta paradoja
que hace que los trenes
 
monstruos de cuerpo tiernolindolargo
 
en un punto
se detengan.
 
A veces pasamos por una ciudad
como quien pasa por la vida
A veces se pasa por una ciudad
de sombra azul bajo las rejas
y quedamos, sabedores, colgados
de la imagen
de los pequeños odios que arderàn silvestres
y traeràn
a veces
el viento desde el mar
para que columpie nuestro cuerpo.
 
SUSANA Y LOS VIEJOS
 
"El señor escuchò los gritos de Susana"
Daniel (dc) 13.44
 
Con una mano en la leche de mi pecho
como estatuaria renacentista
pequeña, regordeta
de ojos muy tranquila
contemplarè la tarde perderse con paciencia
como el actor que sabe que otro actor espera su mutismo
Un actor joven y viejo
como el tiempo
sube la escala azul y trenza su pelo
con la argolla del telòn
 
Y yo, Susana,
protejo con la mano la leche de mi seno
y no me importar  callar
ante los viejos que me acusan.
 
Los monjes han juntado
las manos, y quiebran
las rodillas
Rezan
- la paz del claustro
se arrastra con la lluvia-
un Salve Reina
a la joven Virgen de la Leche.
 
La reina de Saba para conservar su hermosura
bañaba el cuerpo
con leche de las chivas.
 
.Ahora que el niño no està 
del pezòn a la cara
la uso de cosmètico.
 
Lo impersonal de esta calle de ciudad reside
en que mi niño mame
aùn en medio de extensas multitudes
 
En la extremidad
del pezòn termino
y me transformo en
otro yo.
 
A esta hora del dìa me das tanta nostalgia
me vences y marcas el resto de las tardes
de forma tan injusta. Trato de encontrarte
para vencer en ti el miedo a tu distancia
 
y la Ciudad me està esperando, hospitalaria,
para dejarme ver los sitios de que hablaste
y sabe la ciudad que un hàlito en las tardes
de tì, nos harìa sòlo menos solitarias.
 
Y es mi còmplice la ciudad, mi celestina
se pone las noches cuidando las andanzas
que hacen soportables mis congojas.
 
Perdida me convertire poco a poco en el fantasma
que extraña y llora y se disuelve en la hora fija
que abre los ojos la ciudad enamorada
 
de tu paso.
I
 
Eres tan dulce de amor que en lo adelante no te nombrarè jamàs,y
sòlo sabràs donde te pongo, cuando diga que endulzo el tè de todas las
madrugadas que me quedan.
II
 
Eres tan claro de amor, que tu nombre crecer  en los catàlogos
hambrientos, por todos los amaneceres que vivo cada dìa.
III
 
Eres un pozo de amor y tan obscuro, que tu nombre doblarè en el
escondido sin fin de mis gavetas, y cuando vaya de fiesta en el invierno,
saltaràs a enroscarte de mi cuello, y conservarè limpia la voz para callar
tu nombre para siempre.
IV
 
Que el aguacerito arrecia
(!Ay, amor amado!)
y ni un honguito radiactivo
que me tape de tu ausencia.
 
Tu nombre es lo primero que pronuncio
cuando en el amanecer me desperezo
y temblando porque tu voz se vuelva beso
me apresuro a acercarla al precipicio.
 
Es por tu nombre que preguntaràn si anuncio
que la tristeza entre su red me ha preso
y que no parto, puès que sembrè vuelo
en tu onda voz, que sanarìa al maleficio.
 
Tu nombre rezo y convoco el imposible
Tu nombre pez y sombra de buscar mi calma
Tu nombre que hasta el lecho me persigue
 
y se construye un hogar bajo mi almohada
y me acompaña, viajero impredecible,
y no me deja estar a solas con mi alma.
 
Dulce, marchita flor dentro de un libro
entre las viejas hojas escondida,
paciente esperadora sorprendida
por lacia luz del sol amanecido:
 
Al polvo hete devuelta, al silbo
de la vida. !Ah, tan descolorida
mariposa entreabierta, palidìsima,
como labios abiertos del olvido!
 
Te canten los poetas. No te fies
de sus parejos dientes de su verso,
tàpiate los oìdos con la cera
 
de tus dioses antiguos. No te fies:
!Carcomeràn voraces tu secreto
y te abandoraràn cuando deshecha!
 
Las columnas predican cercanìa
partìculas del aire que pasaron
por tu casa
anuncian otro tiempo
La frontera que delimita su reino al mar
sigue vacìa de esos vientos
(de un tiempo futuro o colindante de
presencias)
sigue recolectando la direcciòn
del agua de la lluvia que no cesa de llenar
tu calle
es el momento de salir a las aceras
es el otoño
es la idea
de que bajo la lluvia
nadie notar  lo inùtil que resulta
limpiarnos la impaciencia.
 
Vago por las aceras sin sol
cuando ya estàn abiertos los mercados
cuando la Ciudad es ella misma
y encuentro al hijo de Dios
esperàndote en el puerto
Y me siento entre sus brazos
con signos de perdòn
y acabo descubriendo que comprendo
y que cuando tengo ganas de ser triste
pregunto por tì.
Primer no
 
Vivir en el reloj
perder el corazòn consumido por el viento
despertar con un aullido de campana
desayunarse la poesìa de esa flor sobre la mesa
no, la flor es una estrella
no, los ciegos no despiertan nunca
no, los campanarios se inclinan ante el tiempo
no, el tiempo vive en el reloj que calla.
Segundo no
 
Tu lugar està en los cementerios
tù disfrazas tu colecciòn de calaveras.
No confieses tu vocaciòn, sepulturero
No dejes que ellos sepan que estoy muerta.
 
Voy a libertar mis muertos de sus muertes
resarcirè su constancia en reclamarme
porque de tanto amor, !Ay!, vas a matarme
y en esa muerte de amor voy a quererte
 
y sin llegar a saber, sin conocerte
cada amanecer dir  que he de olvidarte
que habrè de olvidar los signos y acallarme
el hondo latir de si pudiera verte.
 
Te guardarè en un ladrillo de nostalgia
me amaràs en laberìnticos entierros
cuando algùn sueño te niegue su constancia,
 
y en esta ahogada bondad de los infiernos
no viva ni una rencuncia milenaria
cuando logre estar màs muerta que mis muertos.
 
Le quiero ofrecer mi corazòn para su tumba
para cuando anhelo escarbar en sus despojos
pero mi corazòn se descarrila por su antojo
y puedo turbar su eterno descanso del ya nunca.
 
Podrìa ser el  ngel tutelar de sus penumbras
desde el lejano secreto en que me alojo
donde su nombre entre rimas soñando lo deshojo
para volver a unir a su nombre que me alumbra.
 
Sabe que con el susurro sòlo de mi nombre puede
abrirse mi pecho y bienvenirlo al fondo mudo,
laberinto de dudas de amor donde se quede
 
su nombre antiguo de algodòn. Pero si pudo
refugiarse en mis huesos que insisto en ofrecerle
¿dònde que no està en mì su amor, dònde lo busco ?.
 
Cuando despiertes yo serè tu amada
ciega, aùn si nunca tù mi amado fueras
y si no te despiertas, cuando muera
y otro amor quiera verse en tu mirada
 
recuèrdame de tu amor enamorada
y que tus ojos le den lo que me niegas
amor de manos que beso, y que cincelan
de la ausencia en mi rostro las pisadas.
 
Y hay de tu voz pintada en mis cabellos
la palabra dulce que sin tì no calla,
eco de vida que fuiste, y eres sueño
 
en que si idos estàn los dìas bellos
y si mi cuerpo tus refugios no halla
voy a ser aùn tu amada, y tù mi dueño.
 
A veces pasan por tu piel fantasmas distraìdos
e inevitablemente estoy
jugando a su retozo
y es tal el silencio a gritos que salta de mis ojos
que me espanto, y sepulto las cosas que has leìdo
 
y condeno a morir en ciega obscuridad dormidos
mis ojos sabedores de este amor. Reclamo el gozo
egoìsta, de guiarme sòlo confiada de tus ojos
aùn si el dìa puebla de noticias los sentidos.
 
Y en la sinfin obscuridad te seguirè buscando
no mirarè al cruzar al hombre flaco en su caballo
y llegarè a tì por el calor de la palabra
 
que olvidas al pasar
por ese gesto que presiento
como casi un amanecer que toca en tu mirada
un càntico de àngeles que escucho ya muriendo.
n.e.4
 
Es el mar
Se adentra por mi carne
le divide
Junta sus aguas en ola que me lame
y veo en la playa el cadàver del egipcio vencido
por los cuatro brazos del rìo
que formò el mar de los orìgenes
Es el mar
es el no lìmite.
n.e.5
 
Lleva hasta el monte del sacrificio a tu hijo el amado
viejo Abraham
e inmòlalo para mì tu Dios
tu escudo
como yo morirè hecho carne
en un hombre de tu raza
Pero no habrà  èsta vez
cordero entre las zarzas
ni detendrà  tu mano mi voz
pondràs de Issac cordero del pecado
cada òrgano en un recipiente con òleos perfumados
y en su viaje a la inmortalidad
servir  de ejemplo a los incrèdulos.
n.e.6
"Esa debiò ser la mirada de la Judit bìblica
cuando llevaba la cabeza de Holofernes
dentro de un manto".
Arsenio Rodrìguez Quintana.
 
Quiero esta vez la cabeza de la hija
de Herodìas
en la bandeja
y con los ojos abiertos
para que vea esa muchacha cruel
la danza que inician nuestros cuerpos
que en su momento seràn
vìctimas propiciatorias para los juegos
del destino.
 
GAME OVER
 
Ahì lo tenèis: gran meretrìz que yace desgarrada
sobre el mismo mar donde fue reina
Rajada de Dragòn
Se hartan de su carne los consortes reales
que aplaudìan sus pecados
 
Ahì la tenèis en el Juicio del Dìa de la Omega
Ella es mi Revelaciòn sobre el destino de los poderosos:
Que ya no reinaràn en la Nueva Jerusalèn
la novia del cordero
vestida en lino blanco y resplandor
!La pobre Babilonia!
Con làgrimas del sèptimo àngel al final los dioses perdonamos.
 
A veces pasamos por una ciudad
como quien pasa por la vida
A veces se pasa por una ciudad
de sombra azul bajo las rejas
y quedamos, sabedores, colgados
de la imàgen
de los pequeños odios que arderàn
silvestres
y traeràn
a veces
el viento desde el mar
para que columpie nuestro cuerpo.