Readme.it in English  home page
Readme.it in Italiano  pagina iniziale
readme.it by logo SoftwareHouse.it


DAMIAN PATON FERNANDEZ

El Estadio del Purgatorio.

Vivo en una trinchera. Y cada dia arrojo, toda mi fuerza subversiva, para ordenar el caos que reina en mi. Por que yo soy el señor del caos y el caminante perdido en el mas absoluto limbo. Soy el combatiente de todas las luchas interiores que atrozmente conviven en mi. Si observais, mi rostro por las mañanas, comprendereis lo que quiero decir. Es el rostro del hombre que regresa del campo de batalla, con el alma llagada y el espìritu roto. La ciudad es la gran Pagoda del delirio. Los supermercados se alzan como templos flamìgeros, en las cuales, los hombres compran y vendes sus "almas", al mas alto precio para conseguir raudas felicidades de paso. Y todos los dias, alguien se suicida para seguir mal muriendo.

La ciudad es el ancho y perfecto engendro milimìtrico, donde el caos conoce su rostro de mil caractères y sus habitantes pierden los estribos a cada paso.

Mi ciudad es un tremendo infierno de Dante.

En cualquier ciudad podemos toparnos con autenticas fosas humanas, como deslumbrantes estallidos de luces de neòn, bajo alucinantes carteles publicitarios. Y mientras desciendes calle abajo, atraviesas un submundo de consumo enloquecer, cegado por el giroscopio de este paraìso endulcorado y nutrido de bares, cantinas, pub, cafeterias, rebosantes de almas ajenas y llanas, que improvisan conversaciones birbibirloque, oteando el amplio maremagnun que sigue a los otros bulevares, mercerias, papelerias, colmados, supermercados, grandes almacenes, zapaterìas, y alguna que otra cochambrosa librerìa descolgada. Iglesias enmudecidas en medio del ruido urbano. Y tambièn hay confesionarios, salones de frenèticos testigos de Jehov , tiendas de fotografìa. Pero el purgatorio de la ciudad, posee, !por fin!, su tipico "afiche". Ahora que el mundo cambia, tan aprisa, como un siempies embriagado, nuestra amada ciudad, linda penitenciaria, , ha consevido su rostro amable. Su perfil depilatorio Aqui lo llamamos:EL ESTADIO DEL PARAISO.

Este gran jardìn pulido y fabricado para que la imaginerìa humana se descargue de sus demonios particulares. El Estadio del Paraìso, es la inmaculada locura, por la que pagando la entrada de un ticket, tienes todos los "derechos prohibidos". ¿Quieres follarte a Marrylin? Puedes hacerlo, aùn cuando Marylin, este tan muerta como Matussalen. Puedes morder sus labios "hechos carne". palpar su culo, duro y recio, como si de veras estuvieras con ella. Puedes sentir que su lengua se hunde hasta lo mas hondo de tu garganta y jadea, como si sufriera un orgàsmo, cada tres segundos. Ella, se agitarà, presa en una màquina de abalorio, con correas de puas, succionandote y estrujandote hasta el tuètano. Y todo esto, gracias a las "inyecciones de fantasìas":

En el Estadio del Buicidio, sabe Dios, que disponen del veneno mas mortal que existe. Incluso, un funcionario con aspecto de cucaracha, disminuir tu aprehensiòn, convenciendote razonablemente de que el suicidio, entendido filosoficamente, es un acto de libertad suprema. Y en veneno ingerido,haria bailar hasta un caballo el baile de San Vito, antes de palmarla. Son los tributos de muertes obcenas y còmicas. ¿Què mas còmico, que contratar a un lanzador de cuchiillos , para que te apuñale siete veces y resucites cuando te apetezca? O dispararte con un revolver de tambor, sin volarte la tapa de los sesos y sin producir engorrosas manchas.

En el Estadio del Crimen, el juego fantasioso, toma otro carìz, mas turbio, si cabe. Hay parricidios sòrdidos. Negros africanos, que sueñan en convertirse en voraces panteras devorando blancos.

Hijos que asesinan a padres ingratos. Conyugues crueles que descuartizan a su amado. Empresarios codiciones, asesinos indiscriminados de empleados molestos. Amigos odiosos, eliminados a tiros. Genocidios absurdos contra las razas no blancas, por parte de los ciudadados mas recatados. Siniestos individuos que cometen incesto, en la mas descarnada pornografìa con su madre, padres, hijos, sobrinos y nietos.

El Estadio mas disoluto, mas corrupto, es el Estadio de las Revoluciones. En Rusia (la pauperrima Rusia que ahora todos conocemos), un ex-funcionario de la KGB, aspirò grandes dosis de furia revolucionaria fantastica y creyò que luchaba cuerpo a cuerpo en el Palacio de Invierno, fusilando a todo el Gobierno demòcrata, encarcelando a Lenin y Stalin, por "farsantes" Elevando al zar a la categorìa de "mesìas tonto". Atiborrando Moscù de Iglesias Ortodoxas. Conviviendo en curioso mestizaje el capital de marx y el cristianismo.

!Que irreverente cinestesia la del purgatorio feliz!

En el Estadio femenino, las mujeres corroboran el amplio abanico liberador de su condiciòn. Ellas, creìan alumbrar hijos a su medida. Abortar, cuando se les antojara. Sin dolor y sin traumas. Mujeres, que creyeron a pies juntillas, que alumbraban pequeños genios retorcidos de la categorìa de Einstein, Charlot, Picasso, Hitler o Jesucristo. Se censò un grupo de mujeres , que alumbraron, Cristos y Budas a tropel, de una manera colèrica y desenfrenada. Otras mujeres anhelaban disfrutar libremente de sus cuerpos,sin el temor al embarazo y el agobiante uso de los anticonceptivos. Algunas querìan embarazarse a voluntad. Las màs exigìan en su envidiosa fantàsia, poseer el cerebro del hombre, dominar el mundo de los hombres, usarlos como objetos y soñaban (ingenuamente, claro), que ellos padecieran la menstruaciòn y ellas les "preñaran" y soportaban el calvario de la menospausa.

El extenso decàlogo de las fantasìas del Estadio del Paraìso, es inabarcable. Y la veradad, es esta; regresamos al mundo real, nosotros benèvolos huèspedes de la tierra. Despuès de salir del Estadio, habiendo sido asesinos, suicidas, Dioses en miniatura, revolucionarios por horas.. todos regresamos a la cruda y amable realidad. A nuestras existencias llanas, simples. Sin mas ambiciòn que ser humanos. Como si en este viaje, no nos hubiera bastado, ordenar el caos, limitandonos a la veradad de las mentiras de los sueños reales. ¿No lo creeis asi?

A MI MISMO

Yo soy Damiàn Patòn
hijo de la desventura y el rechazo.
Desviado y amigo de lo diferente.
Yo soy el tronco que no arrastrò la corriente
hacia su remolino elegido.
Mi cuerpo es la senda
y mi mente el reino desconocido.
Yo soy èl mismo;
distinto y nuevo.
Alegre y triste.
Hijo de la desventura y el rechazo.
Ignoro quien soy,
pero sè de mis pràcticas;
LO BUENO Y LO MALO QUE EJERZO.
Busco el amor seductor
y la liberaciòn de mi desviaciòn.
Yo soy Damiàn Patòn,
nacido en la jungla de la ciudad,
en el ruido enloquecedor;
la maroma del mundo
y la burocracia que me diò el nombre.
Yo soy el hombre atormentado que vive a solas con el secreto que lo exclaviza.
No hay mayor tragedia que el hombre exclavizado por sì mismo.
Yo soy Damiàn Patòn y vivo en la ciudad.
Soy un hombre sin destino.
Un tronco sin corriente que lo eliga.
Soy un hombre que todos los dìas clama muertes distintas,
para ser libre en la càrcel de la vida.
Soy el enfermo;
El Gran Ojo que necesita contemplarse.
el enorme miembro de carne y venas abultadas.
que escupe sèmen y se llama Damiàn Patòn
Yo soy la larva de la culpa y la expiaciòn.
Condenado a no tener condenas.
Condenado a vivir con el miedo a ser condenado.
Yo vivo y crezco y vivo muriendo,
en las travesìas de mi ciudad.
Soy el hermano de los àrboles que la primavera no reviviò.
El amigo del preso que habita en mì,
del torturador que està en mì,
del exclavo que cohabita conmigo,
del soldado sin lucha,
del fuerte y dèbil tronco que soy yo,
no elegido por la corriente de la vida.
Yo soy Damiàn Patòn
y cualquier otro podrìa ser.
Mi nombre serìa Còlera, Lepra, Ira, Amargura,
Ironìa, Sarcasmo, Alegrìa o Desventura.
Pude haber nacido en untuosos palacios
y ser prìncipe
y ser un hombre en definitiva.
Yo soy Damiàn Patòn,
la religiòn de sì mismo.
El credo que se reza cada mañana.
El yo que se eleva de la grieta o de la llaga.
La oraciòn o el canto:
alabanza inabarcable
que no cesa de cantar.
! YO SOY, YO SOY !
 
LA MUERTE A MEDIANOCHE
(17-7-92)
 
Juglar de muerte y esperanza.
Citaremos a la muerte
Laudes y versos de amor paganos.
!Oh, haremos osados,
el amor a "nuestra muerte"!
Y asesinados en los caminos,
por los ladrones del tiempo,
cuando los jueces encuentren nuestro cadàver,
antes que el justo buitre carroñero;
elevaràn nuestro rostro compungido hacia la luna.
Y cadàveres sonrientes,
nos preguntaràn las màscaras;
- ¿ Quièn os matò ?
Y nosotros, diremos felices, que la Alegrìa nos
asesinò en el camino directo hacia la amargura.
Sòlo nos mata quien nos ama.
El enemigo sentencia.
El que nos ama, asesina.
Y muertos y sonrientes,
diremos que estamos bien aquì.
Juglares de la noche y la eternidad.
Diremos que de renacer otra vez,
nos asesnine el amor que amamos,
con certeras cuchilladas
y le otorgaremos,
dagas y afrentas.
Haremos el amor a ninfòmanas leprosas
y sacerdotes lascivos
y monjas prostitutas
Seremos Templos de Hojaldre.
Tulipàn y pètalo.
¿Y, quièn es la muerte?
Es la prostituta del rostro limpio.
Bella como una niña,
a quien pagamos el alto precio
de la Alta Torre que èramos nosotros.
Y le pagamos y le follamos en cartuchos claro - oscuros.
Y el orgàsmo fue definitivo
hacia la medianoche.
Hacia la medianoche caminantes.
Viajamos hacia la medianoche.
La maldita medianoche.
La medianoche del infierno y el paraìso.
Trombosis y el alborotador celo.
Còlera vespertina.
Cantos matinales.
Laudes.
Cantos gregorinanos y desgarrados himnos sacros
en los templos burdeles de Nuestro Señor.
Oh, muerte mìa.
Juglar de la fornicaciòn.
Sol negro de la aurora oscura y perpètua.
Viajamos hacia la trombosis
y en el travestido afecto del golpe de la vida.
Invisibles arqueros.
Romeo y Julieta jugando a la traiciòn,
de Ofelia y Otelo.
Madame Bovary y la Regenta,
en cuclillas y en casa tomando el tè con cianuro
y bizcochos.
¿Se puede hacer el amor a la muerte?
Podemos morder los labios de fornicantes mujeres
rìgidas.
Ven a mi,
con esa suave locura que machaca el cerebro.
Que destroza el poder de toda visiòn.
Arquero invisible.
Flecha que me partiò el corazòn en dos.
Flecha que envenenò mi veneno.
Ven que voy a fornicar contigo.
Fornicaremos hasta la medianoche,
cuando luzca el Sol negro de la aurora de la muerte.
Y me reencarnarè en tì.
En tì.
Hijo de la bastarda depravaciòn de la noche.
Irè con correas de pùas.
Irè con caballos de vapor.
Irè con salvajes sentimientos
y te azotarè
y te revelarè tus zonas oscuras.
y revelarè tu muerte.
Y revelarè toda la vida.
Olìmpico perro que guiò todas las noches hasta el fin.
Rapsodia del sexo.
Hijo bastardo de la medianoche.
 
EL CANTO DE LOS TRIUNFADORES.
 
A esta època de los triunfadores, bellos y hermosos,
hijos creados por el producto de la imagen y la estètica
y el sueño dorado,
envuelto en mùsica vacìa,
yo escribo esta protesta:
Triunfadores de toda la Tierra,
hermosos como los dioses del Olimpo.
¿El paso del tiempo no ha corroìdo vuestros rostros,
sin arrugas, sin fealdad,
y ha puesto medidas a las aberrantes taras del espìritu?
¿No, os volverèis
viejos y caducos
y morirèis en asilos,
olvidados en la soledad y la decadencia
de los viejos cuerpos?
Que hermoso es el triunfo,
cuando el cuerpo tiene un precio,
cuando el dinero paga el alma y corrige los defectos.
El horror de las guerras nos es indiferente.
Nos son indiferentes los viejos que mueren
solitarios en sus apartamentos.
Nos espantan los cadàveres devorados en vida
por el cancer.
Los enfermos de Sida, nos repugnan y nos asustan.
Los mendigos que pueblan nuestras calles
sòlo son el vano espectàculo comùn
del que mira y no ve.
Y los miserables drogadictos,
los delicuentes,
las nacaradas prostitutas,
las lesvianas valientemente declaradas,
los homosexuales honestos...
nos parecen exòticos,
lejanos de nosotros
lejanos de nuestra comprensiòn.
Todo esto,
època de bellos y hermosos triunfadores,
autòmatas de la imagen y el vacìo,
sòlo le ocurre a los demàs.
El paro y la pobreza,
sòlo pertenece a los otros.
Mientras importemos y nuestro coche nos libre
del molesto paseo de la lluvia,
nada importa.
Debemos crecer y multiplicarnos,
aunque la sociedad sea vieja,
aùn cuando el crecimiento humano sea cero
y el Tercer Mundo se muera de hambre,
y el Cuarto Mundo,
mastique mierda ante nuestros ojos ausentes.
!Que màs nos da, època de triunfadores,
bellos y hermosos!
Durante horas y horas.
Dìas, meses, multitud de años...
enterramos, enterramos, acerbamente nuestras vidas
en los amragos y grises cementerios de las fàbricas,
tiendas, oficinas, calles, tugurios, hogares sin calor.
Horas y horas trabajando,
poniendo precios a nuestras ideas por el màs
vulgar de los salarios.
Compramos a quien nos comprò de antemano.
!Oh asquerosos mutilados!
Vuestros hijos creceràn
y moriremos abandonados en los asilos del desprecio,
en las frìas calles,
incluso de rodillas,
rogando, suplicando...
la màs rastrera y mìsera de las compañias humanas.
!Trabajad legiones de no creyentes!
Trabajad por lo que jamàs creerèis,
para, al final,
morir por el absurdo esfuerzo,
de no saber el por què.
A esta època de triunfadores,
bellos y hermosos,
yo les preguntarìa:
¿Los que abandonàis a viejos y enfermos,
incluso a los perros?
¿Sabèis lo que es el amor?
Hasta el peor de los terroristas sabe lo que es el amor.
¿Os habèis sentido, alguna vez,
abandonado y traicionado por vuestro amado?
¿Sabèis lo que es vagar sin rumbo fijo,
por las calles,
solitario en el enjambre humano?
¿Conocèis la trillada soledad de las huecas
horas de nada,
rodeados de extraños repulsivos,
a quien bien poco le importàis,
de no ser por la venta y la compra?
Todo es duro.
Pero hay que vivir. Existir.
Sì, hay que comer y vivir con dignidad.
Y aùn asì, vosotros no sabèis lo que es vivir con dignidad.
Vivir unicamente por la dignidad de las cosas.
El dinero y lo superfluo.
Si tanto querèis eso,
enterraos con vuetra mentira
y dejad el paso a los demàs.
Yo odio el sistema capitalista,
la resplandeciente democracia,
que engendra asesinos descuartizadores,
hèroes del dinero.
Yo soy la perfecta aberraciòn que vuestro sistema ha creado.
A esta època de triunfadores,
bellos y hermosos,
yo he escrito este poema a la edad de
veintisiete años,
en el desamparo y la soledad,
pero con la fe,
por encima de todas las mentiras.
2 de agosto de 1991.