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Entremés de La elección de los alcaldes de Daganzo

Miguel de Cervantes Saavedra


       

Salen EL BACHILLER PESUÑA; PEDRO ESTORNUDO, escribano; PANDURO, regidor, y ALONSO ALGARROBA, regidor.

     
       

PANDURO

Rellánense; que todo saldrá a cuajo,

   
 

si es que lo quiere el cielo benditísimo.

   

ALGUACIL

Mas echémoslo a doce, y no se venda.

   

[PANDURO]

Paz, que no será mucho que salgamos

   
 

bien del negocio, si lo quiere el cielo.

5

 

[ALGUACIL]

Que quiera, o que no quiera, es lo que importa...

   

PANDURO

¡Algarroba, la luenga se os deslicia!

   
 

Habrad acomedido y de buen rejo,

   
 

que no me suenan bien esas palabras:

   
 

«quiera o no quiera el cielo», por San Junco,

10

 
 

que, como presomís de resabido,

   
 

os arrojáis a trochemoche en todo.

   

ALGUACIL

Cristiano viejo soy a todo ruedo,

   
 

y creo en Dios a pies jontillas.

   

BACHILLER

Bueno;

   
 

no hay más que desear.

   

ALGUACIL

Y si, por suerte,

15

 
 

hablé mal, yo confieso que soy ganso,

   
 

y doy lo dicho por no dicho.

   

ESTORNUDO

Basta;

   
 

no quiere Dios, del pecador más malo,

   
 

sino que viva y se arrepienta.

   

ALGUACIL

Digo

   
 

que vivo y me arrepiento, y que conozco

20

 
 

que el cielo puede hacer lo que él quisiere,

   
 

sin que nadie le pueda ir a la mano,

   
 

especial cuando llueve.

   

PANDURO

De las nubes,

   
 

Algarroba, cae el agua, no del cielo.

   

ALGUACIL

¡Cuerpo del mundo! Si es que aquí venimos

25

 
 

a reprochar los unos a los otros,

   
 

díganmoslo; que a fe que no le falten

   
 

reproches a Algarroba a cada paso.

   

BACHILLER

Redeamus ad rem, señor Panduro

   
 

y señor Algarroba; no se pase

30

 
 

el tiempo en niñerías escusadas.

   
 

¿Juntámonos aquí para disputas

   
 

impertinentes? ¡Bravo caso es éste,

   
 

que siempre que Panduro y Algarroba

   
 

están juntos, al punto se levantan

35

 
 

entre ellos mil borrascas y tormentas

   
 

de mil contraditorias intenciones!

   

ESTORNUDO

El señor bachiller Pesuña tiene

   
 

demasiada razón: véngase al punto,

   
 

y mírese qué alcaldes nombraremos

40

 
 

para el año que viene, que sean tales,

   
 

que no los pueda calumniar Toledo,

   
 

sino que los confirme y dé por buenos,

   
 

pues para esto ha sido nuestra junta.

   

PANDURO

De las varas hay cuatro pretensores:

45

 
 

Juan Berrocal, Francisco de Humillos,

   
 

Miguel Jarrete y Pedro de la Rana;

   
 

hombres todos de chapa y de caletre,

   
 

que pueden gobernar, no que a Daganzo,

   
 

sino a la misma Roma.

   

ALGUACIL

A Romanillos.

50

 

ESTORNUDO

¿Hay otro apuntamiento? ¡Por San Pito,

   
 

que me salga del corro!

   

ALGUACIL

Bien parece

   
 

que se llama Estornudo el escribano,

   
 

que así se le encarama y sube el humo.

   
 

Sosiéguese, que yo no diré nada.

55

 

PANDURO

¿Hallarse han, por ventura, en todo el sorbe...?

   

ALGUACIL

¿Qué es sorbe, sorbe-huevos? Orbe diga

   
 

el discreto Panduro, y serle ha sano.

   

PANDURO

Digo que en todo el mundo no es posible

   
 

que se hallen cuatro ingenios como aquestos

60

 
 

de nuestros pretensores.

   

ALGUACIL

Por lo menos,

   
 

yo sé que Berrocal tiene el más lindo

   
 

distinto.

   

ESTORNUDO

¿Para qué?

   

ALGUACIL

Para ser sacre

   
 

en esto de mojón y catavinos.

   
 

En mi casa probó los días pasados

65

 
 

una tinaja, y dijo que sabía

   
 

el claro vino a palo, a cuero y hierro;

   
 

acabó la tinaja su camino,

   
 

y hallóse en el asiento della un palo

   
 

pequeño, y dél prendía una correa

70

 
 

de cordobán y una pequeña llave.

   

ESTORNUDO

¡Oh rara habilidad! ¡Oh raro ingenio!

   
 

Bien puede gobernar, el que tal sabe,

   
 

a Alanís y a Cazalla, y aun a Esquivias.

   

ALGUACIL

Miguel Jarrete es águila.

   

BACHILLER

¿En qué modo?

75

 

ALGUACIL

En tirar con un arco de bodoques.

   

BACHILLER

¿Que tan certero es?

   

ALGUACIL

Es de manera

   
 

que, si no fuese porque los más tiros

   
 

se da en la mano izquierda, no habría pájaro

   
 

en todo este contorno.

   

BACHILLER

¡Para alcalde

80

 
 

es rara habilidad, y necesaria!

   

ALGUACIL

¿Qué diré de Francisco de Humillos?

   
 

Un zapato remienda como un sastre.

   
 

Pues, ¿Pedro de la Rana? No hay memoria

   
 

que a la suya se iguale; en ella tiene

85

 
 

del antiguo y famoso Perro de Alba

   
 

todas las coplas, sin que letra falte.

   

PANDURO

Éste lleva mi voto.

   

ESTORNUDO

Y aun el mío.

   

ALGUACIL

A Berrocal me atengo.

   

BACHILLER

Yo a ninguno,

   
 

si es que no dan más pruebas de su ingenio

90

 
 

a la jurisprudencia encaminadas.

   

ALGUACIL

Yo daré un buen remedio, y es aquéste:

   
 

hagan entrar los cuatro pretendientes,

   
 

y el señor bachiller Pesuña puede

   
 

examinarlos, pues del arte sabe,

95

 
 

y, conforme a su ciencia, así veremos

   
 

quién podrá ser nombrado para el cargo.

   

ESCRIBANO

¡Vive Dios, que es rarísima advertencia!

   

PANDURO

Aviso es que podrá servir de arbitrio

   
 

para Su Jamestad; que, como en Corte

100

 
 

hay potra-médicos, haya potra-alcaldes.

   

ALGUACIL

Prota, señor Panduro; que no potra.

   

PANDURO

Como vos no hay friscal en todo el mundo.

   

ALGUACIL

¡Fiscal, pese a mis males!

   

ESCRIBANO

¡Por Dios santo,

   
 

que es Algarroba impertinente!

   

ALGUACIL

Digo

105

 
 

que, pues se hace examen de barberos,

   
 

de herradores, de sastres, y se hace

   
 

de cirujanos y otras zarandajas,

   
 

también se examinasen para alcaldes;

   
 

y, al que se hallase suficiente y hábil

110

 
 

para tal menester, que se le diese

   
 

carta de examen, con la cual podría

   
 

el tal examinado remediarse;

   
 

porque, de lata en una blanca caja

   
 

la carta acomodando merecida,

115

 
 

a tal pueblo podrá llegar el pobre,

   
 

que le pesen a oro; que hay hogaño

   
 

carestía de alcaldes de caletre

   
 

en lugares pequeños casi siempre.

   

BACHILLER

Ello está muy bien dicho y bien pensado:

120

 
 

llamen a Berrocal; entre, y veamos

   
 

dónde llega la raya de su ingenio.

   

ALGUACIL

Humillos, Rana, Berrocal, Jarrete,

   
 

los cuatro pretensores, se han entrado;

   
       

(Entran estos cuatro labradores.)

     
       
 

ya los tienes presentes.

   

BACHILLER

Bien venidos

125

 
 

sean vuesas mercedes.

   

BERROCAL

Bien hallados

   
 

vuesas mercedes sean.

   

PANDURO

Acomódense,

   
 

que asientos sobran.

   

HUMILLOS

¡Siéntome, y me siento!

   

JARRETE

Todos nos sentaremos, Dios loado.

   

RANA

¿De qué os sentís, Humillos?

   

HUMILLOS

De que vaya

130

 
 

tan a la larga nuestro nombramiento.

   
 

¿Hémoslo de comprar a gallipavos,

   
 

a cántaros de arrope y a abiervadas,

   
 

y botas de lo añejo tan crecidas,

   
 

que se arremetan a ser cueros? Díganlo,

135

 
 

y pondráse remedio y diligencia.

   

BACHILLER

No hay sobornos aquí; todos estamos

   
 

de un común parecer, y es que el que fuere

   
 

más hábil para alcalde, ése se tenga

   
 

por escogido y por llamado.

   

RANA

Bueno;

140

 
 

yo me contento.

   

BERROCAL

Y yo.

   

BACHILLER

Mucho en buen hora.

   

HUMILLOS

También yo me contento.

   

JARRETE

Dello gusto.

   

BACHILLER

Vaya de examen, pues.

   

HUMILLOS

De examen venga.

   

BACHILLER

¿Sabéis leer, Humillos?

   

HUMILLOS

No, por cierto,

   
 

ni tal se probará que en mi linaje

145

 
 

haya persona tan de poco asiento,

   
 

que se ponga a aprender esas quimeras,

   
 

que llevan a los hombres al brasero,

   
 

y a las mujeres, a la casa llana.

   
 

Leer no sé, mas sé otras cosas tales

150

 
 

que llevan al leer ventajas muchas.

   

BACHILLER

Y ¿cuáles cosas son?

   

HUMILLOS

Sé de memoria

   
 

todas cuatro oraciones, y las rezo

   
 

cada semana cuatro y cinco veces.

   

RANA

Y ¿con eso pensáis de ser alcalde?

155

 

HUMILLOS

Con esto, y con ser yo cristiano viejo,

   
 

me atrevo a ser un senador romano.

   

BACHILLER

Está muy bien. Jarrete diga agora

   
 

qué es lo que sabe.

   

JARRETE

Yo, señor Pesuña,

   
 

sé leer, aunque poco; deletreo,

160

 
 

y ando en el be-a-ba bien ha tres meses,

   
 

y en cinco más daré con ello a un cabo;

   
 

y, además desta ciencia que ya aprendo,

   
 

sé calzar un arado bravamente,

   
 

y herrar, casi en tres horas, cuatro pares

165

 
 

de novillos briosos y cerreros;

   
 

soy sano de mis miembros, y no tengo

   
 

sordez ni cataratas, tos ni reumas;

   
 

y soy cristiano viejo como todos,

   
 

y tiro con un arco como un Tulio.

170

 

ALGUACIL

¡Raras habilidades para alcalde;

   
 

necesarias y mucha[s]!

   

BACHILLER

Adelante.

   
 

¿Qué sabe Berrocal?

   

BERROCAL

Tengo en la lengua

   
 

toda mi habilidad, y en la garganta;

   
 

no hay mojón en el mundo que me llegue;

175

 
 

sesenta y seis sabores estampados

   
 

tengo en el paladar, todos vináticos.

   

ALGUACIL

Y ¿quiere ser alcalde?

   

BERROCAL

Y lo requiero;

   
 

pues, cuando estoy armado a lo de Baco,

   
 

así se me aderezan los sentidos,

180

 
 

que me parece a mí que en aquel punto

   
 

podría prestar leyes a Licurgo

   
 

y limpiarme con Bártulo.

   

PANDURO

¡Pasito,

   
 

que estamos en concejo!

   

BERROCAL

No soy nada

   
 

melindroso ni puerco; sólo digo

185

 
 

que no se me malogre mi justicia,

   
 

que echaré el bodegón por la ventana.

   

BACHILLER

Amenazas aquí, por vida mía,

   
 

mi señor Berrocal, que valen poco.

   
 

¿Qué sabe Pedro Rana?

   

RANA

Como Rana,

190

 
 

habré de cantar mal; pero, con todo,

   
 

diré mi condición, y no mi ingenio.

   
 

Yo, señores, si acaso fuese alcalde,

   
 

mi vara no sería tan delgada

   
 

como las que se usan de ordinario:

195

 
 

de una encina o de un roble la haría,

   
 

y gruesa de dos dedos, temeroso

   
 

que no me la encorvase el dulce peso

   
 

de un bolsón de ducados, ni otras dádivas,

   
 

o ruegos, o promesas, o favores,

200

 
 

que pesan como plomo, y no se sienten

   
 

hasta que os han brumado las costillas

   
 

del cuerpo y alma; y, junto con aquesto,

   
 

sería bien criado y comedido,

   
 

parte severo y nada riguroso;

205

 
 

nunca deshonraría al miserable

   
 

que ante mí le trujesen sus delitos;

   
 

que suele lastimar una palabra

   
 

de un jüez arrojado, de afrentosa,

   
 

mucho más que lastima su sentencia,

210

 
 

aunque en ella se intime cruel castigo.

   
 

No es bien que el poder quite la crianza,

   
 

ni que la sumisión de un delincuente

   
 

haga al juez soberbio y arrogante.

   

ALGUACIL

¡Vive Dios, que ha cantado nuestra Rana

215

 
 

mucho mejor que un cisne cuando muere!

   

PANDURO

Mil sentencias ha dicho censorinas.

   

ALGUACIL

De Catón Censorino; bien ha dicho

   
 

el regidor Panduro.

   

PANDURO

¡Reprochadme!

   

ALGUACIL

Su tiempo se vendrá.

   

ESTORNUDO

Nunca acá venga.

220

 
 

¡Terrible inclinación es, Algarroba,

   
 

la vuestra en reprochar!

   

ALGUACIL

¡No más, so escriba!

   

ESTORNUDO

¿Qué escriba, fariseo?

   

BACHILLER

¡Por San Pedro,

   
 

que son muy demasiadas demasías

   
 

éstas!

   

ALGUACIL

Yo me burlaba.

   

ESTORNUDO

Y yo me burlo.

225

 

BACHILLER

Pues no se burlen más, por vida mía.

   

ALGUACIL

Quien miente, miente.

   

ESTORNUDO

Y quien verdad pronuncia,

   
 

dice verdad.

   

ALGUACIL

Verdad.

   

ESTORNUDO

Pues punto en boca.

   

HUMILLOS

Esos ofrecimientos que ha hecho Rana,

   
 

son desde lejos. A fe que si él empuña

230

 
 

vara, que él se trueque y sea otro hombre

   
 

del que ahora parece.

   

BACHILLER

Está de molde

   
 

lo que Humillos ha dicho.

   

HUMILLOS

Y más añado:

   
 

que, si me dan la vara, verán como

   
 

no me mudo ni trueco, ni me cambio.

235

 

BACHILLER

Pues veis aquí la vara, y haced cuenta

   
 

que sois alcalde ya.

   

ALGUACIL

¡Cuerpo del mundo!

   
 

¿La vara le dan zurda?

   

HUMILLOS

¿Cómo zurda?

   

ALGUACIL

Pues, ¿no es zurda esta vara? Un sordo o mudo

   
 

lo podrá echar de ver desde una legua.

240

 

HUMILLOS

¿Cómo, pues, si me dan zurda la vara,

   
 

quieren que juzgue yo derecho?

   

ESTORNUDO

El diablo

   
 

tiene en el cuerpo este Algarroba; ¡miren

   
 

dónde jamás se han visto varas zurdas!

   
       

(Entra UNO.)

     
       

UNO

Señores, aquí están unos gitanos

245

 
 

con unas gitanillas milagrosas;

   
 

y, aunque la ocupación se les ha dicho

   
 

en que están sus mercedes, todavía

   
 

porfían que han de entrar a dar solacio

   
 

a sus mercedes.

   

BACHILLER

Entren, y veremos

250

 
 

si nos podrán servir para la fiesta

   
 

del Corpus, de quien yo soy mayordomo.

   

PANDURO

Entren mucho en buen hora.

   

BERROCAL

Entren luego.

   

HUMILLOS

Por mí, ya los deseo.

   

JARRETE

Pues yo, ¿pajas?

   

RANA

¿Ellos no son gitanos? Pues adviertan

255

 
 

que no nos hurten las narices.

   

UNO

Ellos,

   
 

sin que los llamen, vienen; ya están dentro.

   
       

(Entran los músicos, de gitanos, y dos gitanas bien aderezadas, y, al son deste romance, que han de cantar los músicos, ellas dancen.)

     
       

[MÚSICOS]

Reverencia os hace el cuerpo,

   
 

regidores de Daganzo,

   
 

hombres buenos de repente,

260

 
 

hombres buenos de pensado;

   
 

de caletre prevenidos

   
 

para proveer los cargos

   
 

que la ambición solicita

   
 

entre moros y cristianos.

265

 
 

Parece que os hizo el cielo,

   
 

el cielo, digo, estrellado,

   
 

Sansones para las letras,

   
 

y para las fuerzas Bártulos.

   

JARRETE

Todo lo que se canta toca historia.

270

 

HUMILLOS

Ellas y ellos son únicos y ralos.

   

ALGUACIL

Algo tienen de espesos.

   

BACHILLER

Ea, sufficit.

   

MÚSICOS

Como se mudan los vientos,

   
 

como se mudan los ramos,

   
 

que, desnudos en invierno,

275

 
 

se visten en el verano,

   
 

mudaremos nuestros bailes

   
 

por puntos, y a cada paso;

   
 

pues mudarse las mujeres

   
 

no es nuevo ni estraño caso.

280

 
 

¡Vivan de Daganzo los regidores,

   
 

que parecen palmas, puesto que son robles!

   
       

(Bailan.)

     
       

JARRETE

¡Brava trova, por Dios!

   

HUMILLOS

Y muy sentida.

   

BERROCAL

Éstas se han de imprimir, para que quede

   
 

memoria de nosotros en los siglos

285

 
 

de los siglos. Amén.

   

BACHILLER

Callen, si pueden.

   

MÚSICOS

¡Vivan y revivan,

   
 

y en siglos veloces

   
 

del tiempo los días

   
 

pasen con las noches,

290

 
 

sin trocar la edad,

   
 

que treinta años forme,

   
 

ni tocar las hojas

   
 

de sus alcornoques.

   
 

Los vientos, que anegan,

295

 
 

si contrarios corren,

   
 

cual céfiros blandos

   
 

en sus mares soplen.

   
 

¡Vivan de Daganzo los regidores,

   
 

que palmas parecen, puesto que son robles!

300

 

BACHILLER

El estribillo en parte me desplace;

   
 

pero, con todo, es bueno.

   

BERROCAL

Ea, callemos.

   

MÚSICOS

Pisaré yo el polvico,

   
 

atán menudico;

   
 

pisaré yo el polvó,

305

 
 

atán menudó.

   

PANDURO

Estos músicos hacen pepitoria

   
 

de su cantar.

   

HUMILLOS

Son diablos los gitanos.

   

MÚSICOS

Pisaré yo la tierra,

   
 

por más que esté dura,

310

 
 

puesto que me abra en ella

   
 

amor sepultura,

   
 

pues ya mi buena ventura

   
 

amor la pisó.

   
 

Atán menudó.

315

 
 

Pisaré yo lozana

   
 

el más duro suelo,

   
 

si en él acaso pisas

   
 

el mal que recelo.

   
 

Mi bien se ha pasado en vuelo,

320

 
 

y el polvo dejó

   
 

Atán menudó.

   
       

(Entra un SOTASACRISTÁN, muy mal endeliñado.)

     
       

SACRISTÁN

Señores regidores, ¡voto a dico,

   
 

que es de bellacos tanto pasatiempo!

   
 

¿Así se rige el pueblo, noramala,

325

 
 

entre guitarras, bailes y bureos?

   

BACHILLER

¡Agarradle, Jarrete!

   

JARRETE

Ya le agarro.

   

BACHILLER

Traigan aquí una manta; que, por Cristo,

   
 

que se ha de mantear este bellaco,

   
 

necio, desvergonzado e insolente,

330

 
 

y atrevido además.

   

SACRISTÁN

¡Oigan, señores!

   

ALGUACIL

Volveré con la manta a las volanzas.

   
       

(Éntrase ALGARROBA.)

     
       

SACRISTÁN

Miren que les intimo que soy présbiter.

   

BACHILLER

¿Tú presbítero, infame?

   

SACRISTÁN

Yo presbítero;

   
 

o de prima tonsura, que es lo mismo.

335

 

PANDURO

Agora lo veredes, dijo Agrajes.

   

SACRISTÁN

No hay Agrajes aquí.

   

BACHILLER

Pues habrá grajos

   
 

que te piquen la lengua y aun los ojos.

   

RANA

Dime, desventurado: ¿qué demonio

   
 

se revistió en tu lengua? ¿Quién te mete

340

 
 

a ti en reprehender a la justicia?

   
 

¿Has tú de gobernar a la república?

   
 

Métete en tus campanas y en tu oficio.

   
 

Deja a los que gobiernan; que ellos saben

   
 

lo que han de hacer mejor que no nosotros.

345

 
 

Si fueren malos, ruega por su enmienda;

   
 

si buenos, porque Dios no nos los quite.

   

BACHILLER

Nuestro Rana es un santo y un bendito.

   
       

(Vuelve ALGARROBA; trae la manta.)

     
       

ALGUACIL

No ha de quedar por manta.

   

BACHILLER

Asgan, pues, todos,

   
 

sin que queden gitanos ni gitanas.

350

 
 

¡Arriba, amigos!

   

SACRISTÁN

¡Por Dios, que va de veras!

   
 

¡Vive Dios, si me enojo, que bonito

   
 

soy yo para estas burlas! ¡Por San Pedro,

   
 

que están descomulgados todos cuantos

   
 

han tocado los pelos de la manta!

355

 

RANA

Basta, no más; aquí cese el castigo;

   
 

que el pobre debe estar arrepentido.

   

SACRISTÁN

Y molido, que es más. De aquí adelante

   
 

me coseré la boca con dos cabos

   
 

de zapatero.

   

RANA

Aqueso es lo que importa.

360

 

BACHILLER

Vénganse los gitanos a mi casa,

   
 

que tengo qué decilles.

   

GITANO

Tras ti vamos.

   

BACHILLER

Quedarse ha la elección para mañana,

   
 

y desde luego doy mi voto a Rana.

   

GITANO

¿Cantaremos, señor?

   

BACHILLER

Lo que quisiéredes.

365

 

PANDURO

No hay quien cante cual nuestra Rana canta.

   

JARRETE

No solamente canta, sino encanta.

   
       

(Éntranse cantando:)

     
       
 

Pisaré yo el polvico.